El cambio climático es un fenómeno que también afecta al terreno, produciendo o alargando sequías, riesgos de inundaciones por frecuencia e intensidad de lluvias, sumado a la menor capacidad de correcto drenaje de los entornos urbanos. Todos estos fenómenos acaban produciendo daños en estructuras o edificios, afectando directa o indirectamente a su cimentación.
Los investigadores ya pueden percibir los efectos del cambio climático a escala mundial y en el suelo europeo. Por ejemplo, según el informe más reciente de la AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente) sobre el cambio climático, impactos y vulnerabilidad en Europa, la humedad del suelo ha disminuido considerablemente en la región mediterránea y ha aumentado en partes del norte de Europa desde la década de 1950. El informe prevé efectos similares para las próximas décadas, a medida que el aumento de la temperatura media continúa y cambian los patrones de lluvia.
Los descensos continuos de la humedad del suelo pueden aumentar la necesidad de irrigación en la agricultura y provocar rendimientos más reducidos e incluso la desertificación, con posibles repercusiones drásticas sobre la producción de alimentos. Un total de 13 Estados miembros de la UE ha declarado estar afectado por la desertización.
El informe de la AEMA sobre los impactos y la vulnerabilidad también destaca otros impactos sobre el suelo asociados al cambio climático, entre los que se incluye la erosión, que puede acelerarse debido a acontecimientos climáticos extremos, como las lluvias intensas, la sequía, las olas de calor y las tormentas.
La solución de Geonovatek
En Geonovatek, llevamos varios años solucionando problemas de asiento de cimentaciones ocasionados por el incremento de la sequía o las variaciones de humedad del terreno. Un ejemplo de ello son masías o caserones de más de 100 años, que en los últimos años han iniciado un proceso de fisuración y agrietamiento achacable únicamente a la variación de las condiciones del terreno.
Una de las técnicas más utilizadas en estos casos es la inyección de resinas expansivas para recuperar las capacidades portantes iniciales del terreno.
El fenómeno opuesto, como son las lluvias torrenciales, origina procesos de lavado del terreno que alteran el apoyo de la cimentación y por consiguiente la aparición de grietas. La solución puede pasar por la inyección de resinas, la hinca de micropilotes o la combinación de ambas técnicas.
Fuente: https://www.eea.europa.eu/es/senales/senales-2019/articulos/el-suelo-la-tierra-y
