Cada micropilote está formado por varios tubos de acero normalizado europeo S355JR de una longitud de 1 m, que tienen un diámetro exterior de 62 mm, un espesor de 8 mm, uniéndose una pieza a la siguiente mediante una rosca cónica de 5 cm de longitud. El micropilote está corrugado por su parte exterior para mejorar la fricción con el terreno (resistencia por fuste).
Para la ejecución de los micropilotes de GeoNovatek es necesaria la presencia en la zona de trabajo de dos máquinas montadas sobre oruga. Las dimensiones de esta maquinaria son reducidas (1,5 m de longitud, 0,75 m de anchura y 1,6 m de altura de paso), pudiendo trabajar dentro de viviendas, en sótanos y zonas estrechas.
En primer lugar se realiza una perforación de 64 mm de diámetro por cada micropilote, que atraviesa la cimentación que se prevé recalzar. La perforación se realiza a través de la cimentación, de forma vertical o ligeramente inclinada, según las características de la misma, y se detiene al llegar al terreno subyacente.
La hinca del micropilote se realiza a presión continua, sin golpeos, mediante un cilindro hidráulico montado sobre una de las orugas, las cuales se anclan a la propia cimentación. El micropilote se hinca hasta alcanzar un terreno firme e indeformable, alcanzando una fuerza máxima de hinca de 26 toneladas.
Una vez hincado el micropilote, se une a la cimentacion existente usando un mortero especial de anclaje hormigón-metal, que no sufre retracción y que, una vez fraguado, asegura una unión perfecta de la cimentación con la cabeza del micropilote, llegando a obtener una fuerza de adherencia de 60 MPa.
Los micropilotes MP/60 presentan un incremento notable de su resistencia por fuste tras su ejecución en obra. Cuando se les somete a pruebas de carga varios días después de la hinca, se obtienen valores de resistencia muy superiores. Los MP/60 se pueden hincar con una punta perdida, teniendo puntazas de diferentes formas en función de las características del terreno a atravesar.
GeoNovatek puede proporcionar los cálculos de capacidad portante de cada micropilote, previa petición del cliente, basada en la profundidad de empotramiento, las características del terreno y la evolución de la presión del cilindro hidráulico durante la hinca. Todo ello se apoya en cálculos y formulaciones que aparecen en el Código Técnico de la Edificación (CTE-DB-SE-C).